Justo tres días antes de Navidad, el hijo de Amapola García, Carlos, tenía 16 años cuando fue asesinado a tiros en la ciudad de Kansas City, Kansas.
Carlos estaba en los escalones del patio de la casa de su abuela, ubicada cerca de la 27 y el Paralelo, cuando pasaron cuatro hombres en un coche negro y le dispararon. García lo encontró tras volver a casa después de comprar nuggets de pollo.
García dijo, "volteé el cuerpo de mi hijo y le estaba haciendo reanimación cardiopulmonar. Le estaba sujetando las heridas de bala y bloqueando el flujo de sangre. Al mismo tiempo estaba llamando al 911 por teléfono. Y me dije: ¿Qué está pasando?'".
García dice que su familia vendió tamales, burritos y menudo para ayudar a pagar el funeral de Carlos. Pero no pudo ni siquiera comprar una lápida.
KC Common Good se apresuró a intervenir, ayudando a cubrir los costos mediante un fondo comunitario que tenía acumulado $250.000 dólares por donaciones anónimas.
KCCG anunció el martes que empezará a ofrecer ayuda financiera, en subsidios de hasta $5.000 dólares, para ayudar a las familias del área metropolitana de Kansas City a cubrir los gastos funerarios en casos de muerte violenta.
Las víctimas de crímenes violentos pueden hacer sus solicitudes a través de los socios recomendados por KCCG, Ad Hoc Group Against Crime y KC Mothers in Charge. Todas las solicitudes son revisadas primero por KCCG para comprobar su elegibilidad, y los subsidios no están garantizados.
Damon Daniel, presidente de Ad Hoc Group Against Crime, dice que la historia de García, que lucha por pagar el funeral de su hijo, no es poco común.
Daniel dice, ”no hay una sola semana que pase en la que Ad Hoc Against Crime no reciba una llamada de una familia en duelo, tratando de averiguar cómo enterrar a su ser querido".
Daniel dice que muchas familias simplemente no tienen un seguro de vida o ahorros para cubrir esos gastos, que pueden alcanzar rápidamente los miles de dólares. Y la carga de preocupación por esas facturas provoca más estrés cuando se trata de lidiar con las secuelas de un crimen violento.
Klassie Alcine, la presidenta del KCCG dice, "es un fondo difícil pero crítico de tener. Te cambia la vida. Y ya están pasando por muchos traumas en general".
También existen otros recursos para las personas que sufren una pérdida por un crimen violento. El Programa de compensación a las víctimas del crimen de Missouri ofrece hasta $25.000 dólares en beneficios, pero estos están limitados a gastos específicos y pueden tardar mucho más en recibirse.
Alcine dice, "todas las semanas veo las facturas de los gastos funerarios. Es duro ver cómo mueren tantos hombres y mujeres jóvenes en nuestra ciudad y que éstas son muertes que se pueden evitar".
Alcine dice que la misión más importante de KCCG es reunir a la comunidad para resolver el problema de la delincuencia violenta. Su próximo paso es iniciar reuniones semanales con un programa inspirado en Omaha en el que la ciudad pudo reducir los delitos violentos en un 74% y aumentar las tasas de egresos en la escuela secundaria.
La Red de Empowerment Network en Omaha comenzó en el 2006 con reuniones periódicas de una serie de residentes y líderes para encontrar soluciones a diversos problemas. Alcine dice que espera formar una red similar en Kansas City, pero aún no ha dado detalles.
García dice que, gracias a KC Common Good, pudo avanzar con los detalles del funeral de Carlos sin esperar.
Dice, “fue muy importante para nosotros porque pudimos mantener la fecha que queríamos. No podríamos haberlo hecho sin su ayuda".
Para donar al fondo, el público puede entrar en línea a kccommongood.org. O pueden enviar un cheque por correo a KC Common Good, 1100 Rockhurst Road, Kansas City, MO 64110.