Para Joe Arce, un periodista con tono suave que fundó un pequeño noticiero bilingüe semanal llamado KC Hispanic News en 1996, crecer en esa comunidad tan unida del West Side de Kansas City no era sólo un barrio de calles arboladas en el extremo occidental del centro de la ciudad, sino también los sonidos y olores de su México natal.
"Una de las cosas que recuerdo es que cuando caminabas (por el barrio), podías oler las tortillas", dijo a Zach Pérez de KCUR mientras conducían por las calles donde Arce pasaba el tiempo de niño.
"Podías oler la comida que se estaba cocinando. Entonces no teníamos aire acondicionado, así que las ventanas estaban abiertas. Así que podías oler los distintos aromas cuando ibas de una casa a otra. Pero ya no están. Mucha de esa gente ya se ha ido".
La sensación de pérdida descrita por Arce se ha extendido entre los residentes de la zona del West Side, donde la gente dice que generaciones de una cultura profundamente arraigada se están evaporando como los olores de la comida mexicana que una vez salían de sus ventanas abiertas.
Según el Mid-America Regional Council, en el 2000, el 70% de los residentes de la zona del West Side eran latinos, ahora solo son el 44%. Los residentes no sólo describen la pérdida de cultura, sino también los cambios en el aspecto físico de sus calles. Donde antes había casas pequeñas de propietarios latinos, que pasaban de abuelos a padres y a una tercera generación, en las empinadas cuestas de las calles Jefferson y Summit, ahora hay terrenos baldíos en los que se han demolido casas antiguas para construir otras nuevas y lujosas que dan a la zona un aire moderno.
La gentrificación está inflando los precios de las casas y los impuestos de la propiedad. Los trabajadores de clase media están teniendo cada vez más dificultad en encontrar una casa con costo accesible.
Pero en toda la zona metropolitana, la población latina sigue una trayectoria diferente: está aumentando. Rápidamente.
De hecho, según el último censo, las personas de origen latino crecieron más que cualquier otra raza o etnia. El condado de Jackson, Missouri, vio crecer su población hispana en más de 20,000 personas entre los años del 2010 y el 2020, mientras que la población blanca disminuyó en el mismo período de tiempo. El condado de Johnson, en Kansas, añadió casi 16,000 hispanos durante esos años, superando el crecimiento de la población blanca en 2,000 personas.
La gran mayoría de los latinos de Kansas City son de ascendencia mexicana, pero en el área metropolitana también viven cubanos, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses y venezolanos.
El artista, escritor y profesor de Kansas City, José Faus, dijo que hay una percepción errónea común de que la población latina de Kansas City es monolítica (de un solo carácter), algo que en los últimos meses KCUR escuchó muchas veces en conversaciones con miembros de la comunidad. De hecho, dijo Faus, mientras los hispanos de Kansas City se extienden por la zona metropolitana, también lo hacen sus respectivas culturas.
"Digamos que usted está en el lado oeste, por ejemplo en Armourdale o Argentina, o en la zona noreste", dijo Faus, "o usted está en las fronteras de Belton, Peculiar, Olathe o Overland Park, digamos en la 77 y Quivira. Ahí hay algunas bodegas, o en KCK a lo largo de la calle Central o Kansas Avenue. Allí se han asentado comunidades muy distintas. Vienen de sitios distintos y tienen su propio sabor".
Orlanda Alonso Hererra, estudiante de sociología en el Kansas City, Kansas, Community College, que llegó a Estados Unidos desde México hace 15 años, dijo que a menudo se juzga mal a los latinos.
"No toda la gente latina viene en la misma situación", dijo en una reunión de la Organización Estudiantil de Latinx. "Todos nosotros venimos de entornos diferentes. Todos tenemos historias diferentes. Y la mayoría del pueblo estadounidense piensa que todos somos iguales".
La inmigración y el impacto de los migrantes que cruzan la frontera sur siguen dominando la agenda política en Estados Unidos, convirtiéndose en un tema de mucha importancia en las próximas elecciones. Missouri ha enviado tropas de la Guardia Nacional y de la Patrulla de Carreteras para ayudar a las autoridades en la frontera de Texas; en febrero, los legisladores de la Cámara de Kansas aprobaron una declaración a favor de hacer lo mismo.
En medio de este debate, se recordó a KCUR que los latinos de la zona de Kansas City llevan aquí siglos.
Una larga historia
Mucho antes de que Kansas y Missouri se convirtieran en estados, los primeros latinos que se asentaron en esta parte del país llegaron con los colonos españoles en el siglo XVIII.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la floreciente industria ferroviaria atrajo a trabajadores mexicanos que se asentaron en lo que entonces era la ciudad de Argentine, Kansas (actualmente un barrio de Kansas City, Kansas). Rosedale, Kansas, y el West Side de Kansas City, Missouri, también crecieron con emigrantes atraídos por los puestos de trabajo, ya que la zona se convirtió en un centro de conexión para los ferrocarriles de Atchison, Topeka y Santa Fe, el Kansas City Southern y el Frisco. A finales de la década de 1920, el 90% de los trabajadores del ferrocarril eran mexicanos.
En 1980, ante la recesión económica de su país, el líder cubano Fidel Castro revocó la prohibición de la emigración, impuesta por su régimen y permitió la salida en barcos de casi 126,000 cubanos. Un pequeño grupo de refugiados cubanos se instaló en Kansas City como parte del éxodo de Mariel. A partir de principios de la década de 1980, personas procedentes de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, que huían de regímenes brutales y represivos a menudo apoyados por el gobierno estadounidense, llegaron y echaron raíces en Kansas City, en la zona noreste de Missouri y en Kansas City, Kansas.
Gene Chávez, historiador en el Museo de Kansas City, afirma que Kansas City ha sido históricamente un lugar fructífero para los inmigrantes.
"Al principio fueron las fábricas y los campos de remolacha azucarera las que trajeron gente a la zona", explicó. "Hoy tenemos empleos en la construcción, en la agricultura y en jardinería. Trabajos que requieren mucha mano de obra y que son una gran atracción para los inmigrantes".
Barreras comunes
A pesar del creciente número y diversidad de comunidades latinas en todo el área metropolitana, la barrera del idioma es una preocupación común.
Los datos del censo estiman que más de 50,000 habitantes de Kansas hablan en casa otro idioma distinto del inglés y aproximadamente 20,000 tienen un dominio limitado del mismo.
En Kansas, casi el 8% de las personas hablan español como su primera lengua. En Missouri, esa cifra es de casi el 3%.
Según el censo de los Estados Unidos, los porcentajes de hispanohablantes de Kansas y Missouri son bajos en comparación con el 13.3% nacional, pero las barreras lingüísticas son una carga debilitante para miles de familias que carecen de acceso a funcionarios, administradores escolares, información electoral y atención a la salud.
También deja a los miembros más jóvenes, y más integrados en la sociedad, la tarea de traducir para sus mayores, a menudo con una responsabilidad muy grande.
David Gabaldon, de 24 años, un estudiante universitario de primera generación, dijo a KCUR que era difícil cumplir con sus clases, el trabajo y servir de intérprete para los abuelos mientras trataba de asistir a las clases.
Gabaldon dice, "era como, ‘Hey David, estás fuera de la escuela,’ o, 'No estás trabajando. ¿Puedes llevar a tu abuelo a su cita (con el médico)?".
Selene Rocha es una inmigrante indocumentada que tiene muy poca movilidad en su lado izquierdo. Arrastra la pierna izquierda cuando camina y no puede abrir completamente la mano izquierda, por lo que utiliza la derecha para abrir manualmente los dedos. No puede levantar el brazo izquierdo.
Vive con su hija Marissa, de 8 años, su madre, su sobrina y su sobrino. Sentada junto a su madre en su casa de los suburbios, Marissa se esfuerza por recordar la terminología médica que ha tenido que aprender mientras interpretaba para su madre en las consultas de los médicos.
"¿Cuál es la palabra?", dice golpeando rápidamente con la mano la mesa de la cocina. "¡Ah, sí, es derrame cerebral! Eso es lo que tuvo, un derrame cerebral".
La historia de Rocha también trata de la falta de acceso de los inmigrantes al sistema de salud.
La mitad de los inmigrantes indocumentados que son adultos, declaran no tener seguro médico en todo el país . Uno de cada cinco inmigrantes con documentos legales también afirma no tener seguro. En comparación, menos de un décimo de las personas nacidas en Estados Unidos no tienen seguro.
Según un informe publicado por el Instituto de Migration Policy Institute, en el condado de Johnson en Kansas, y el condado de Jackson en Missouri, más de la mitad de los inmigrantes indocumentados dicen que no tuvieron seguro entre los años del 2014 al 2016. En el condado de Wyandotte, alrededor de tres cuartas partes informaron lo mismo.
La barrera del idioma también es un problema en las escuelas. Para un joven de 16 años llamado Luis, esto fue en gran parte la razón de su suspensión. (KCUR no utiliza su apellido porque la familia teme represalias).
Los padres de Luis no hablan inglés. Cuando les dijo que había sido intimidado en la escuela, no tenían a nadie con quien hablar en el distrito escolar de DeSoto USD.
"(esta niña) Me llamaba 'frijolero' y me decía que me volviera a mi país", cuenta Luis. "Esto ocurría todos los días".
De estructura robusta y bien hablado, Luis admitió que tomó una "mala decisión" cuando reaccionó de forma exagerada después de que sus compañeros le acusaran de llevar un arma.
Luis dijo, "me acusaban de tener una pistola... porque existe el estereotipo de que los hispanos siempre tienen pistolas. Fingían tener miedo de mí, así que un día me cansé y fingí tener una pistola. Un policía se presentó en mi casa. Me suspendieron el resto del año".
Luis cuenta que dejó de trabajar, se aisló y casi reprueba la escuela.
No quiere que otros sufran una discriminación similar, así que Luis ha organizado un club multicultural para apoyar a la creciente población latina de la escuela.
La demografía está cambiando en las escuelas del área metropolitana. En Kansas City (Kansas), el 55% de los alumnos de las escuelas públicas son hispanos; en Kansas City (Missouri), el 30% de los estudiantes son hispanos, según el Latinx Education Collaborative, una organización de promoción de la educación. Uno de los estudios del grupo con la Universidad de UMKC reveló que para 52,000 estudiantes latinos en toda la zona, sólo hay 201 educadores latinos.
"Cuando hay poca representación, hay muchas desigualdades", dijo Christy Moreno, directora de incidencia e impacto comunitario de Revolución Educativa, organización asociada a LEC. "Cuando observamos el camino de la escuela a la prisión, vemos que nuestros estudiantes siguen esa línea. Cuando vamos al tribunal de absentismo escolar, el 70% de las familias son latinas, familias hispanohablantes. ¿Por qué están allí? Porque no han recibido información en el idioma de su elección, que es un derecho civil".
Esta falta de acceso a los angloparlantes afecta a las familias latinas cuando intentan solicitar un empleo, abrir una cuenta bancaria o votar.
Una cultura en expansión
A medida que la población latina crezca en Kansas City y en todo el país, tendrá una voz más fuerte: disipando mitos, abordando los obstáculos y celebrando las diferentes culturas, dijo Herrera, estudiante de sociología en el Kansas City, Kansas, Community College.
"Queremos que la gente sepa que nos esforzamos por hacer esto", afirma. "Para que la gente vea las cosas positivas que tenemos y que podemos compartir con esta nación. Porque ahora ésta también es nuestra nación".
En Kansas City, miles de personas asisten ahora a los actos del Mes de la Herencia Hispana y a los festivales del Día de los Muertos y del Cinco de Mayo, desde el Museo de Arte Nelson Atkins hasta el Mattie Rhodes Center, en el West Side.
Y en algunos casos, la cultura mexicano-estadounidense se está generalizando, como en el caso de los entusiastas de los coches del lowrider.
Consuelo Cruz recuerda cómo su madre le enseñó acerca de su herencia mexicana cuando la llevaba al Country Club Plaza desde su casa en el West Side.
Su madre la llevaba a una tienda de la Plaza donde en una de las paredes había un mural de azulejos con colores muy vivos de la Universidad Nacional Autónoma de México (de antes de la colonia), una de las primeras universidades de América. Es uno de los muchos famosos azulejos de fabricación mexicana incrustados en las paredes de todo el distrito comercial.
Cruz (miembro del consejo asesor comunitario de KCUR) dijo, "cuando hacía calor por la noche .... teníamos un pequeño aparato de aire acondicionado que guardábamos para usarlo en las últimas horas de la noche. Mi madre me decía: 'Vamos a tomar un helado a la Plaza para refrescarnos', y me hablaba de lo que representaban los azulejos".
Cruz afirmó que, a medida que siguen llegando inmigrantes latinos de todo el mundo, corresponde a quienes llevan generaciones en la zona de Kansas City asegurarse de que los recién llegados puedan celebrar su propia cultura al tiempo que aprenden a prosperar en una nueva.
Afirma que "el futuro de Kansas City va a depender mucho de la comunidad latina. Nos corresponde a todos asegurarnos de que construimos el liderazgo para un futuro que sea bueno".
Daniel Wheaton, de Midwest Newsroom, contribuyó con la presentación de datos para esta historia.