Read this story in English.
El entrenador de baloncesto Mike García aún recuerda el primer lugar donde practicó deportes juveniles en el barrio de Westside con los Centros de Guadalupe.
García dijo, "en aquel entonces se jugaba en el gimnasio del Sagrado Corazón. Ellos rentaban el gimnasio de la parroquia y los Centros Guadalupe básicamente manejaban el gimnasio".
Dijo, "yo tenía 7 años".
García, que ahora tiene 52 años, ha participado en el Torneo de Baloncesto Masculino Latino Tony Aguirre de la agencia de servicios sociales durante 30 años. Desde el 2000, el ex jugador de baloncesto de Westport High School ha sido jugador y entrenador del equipo masculino KC Valiente, que busca su quinto campeonato consecutivo.
García dijo, “este año tendremos aproximadamente 14 equipos. En el pasado hemos sido más numerosos, pero depende del año".
Dijo que "desde COVID, las cosas han cambiado. Pero estamos intentando retomarlo otra vez".
Durante 71 años, el torneo Tony Aguirre, que ahora es celebrado el fin de semana del Cinco de Mayo, ha reunido equipos exclusivamente latinos de ciudades como Wichita, Chicago y Houston. García dijo que es el torneo más antiguo del circuito de baloncesto masculino latino del centro del país.
El torneo lleva el nombre de una leyenda del deporte juvenil que vivió en el barrio de Westside, y que entrenó a generaciones de niños latinos en baloncesto, béisbol, softbol y fútbol, incluido a García, que se unió a uno de los equipos de Aguirre cuando era niño.
García cuenta lo siguiente: "Me miró y me dijo: '¿Quieres jugar al baloncesto?' Le dije que sí. Me dijo: “Haz fila en la cola'".
"Una cosa que recuerdo de Tony es que no había ataduras. Hizo todo por esta comunidad y por la bondad de su corazón".
Nacido en 1929, Anthony J. Aguirre, llegó a ser un atleta ejemplar en varios deportes. A los 17 años, en lugar de dedicarse al atletismo universitario, optó por quedarse en el Westside de Kansas City para trabajar como voluntario, entrenando a niños.
Aguirre era conocido en la comunidad como "FISH", acrónimo orientado a sus principios -amistad, inteligencia, espíritu deportivo y honor-, que trataba de inculcar a todos los jóvenes que entraban en su terreno.
Para celebrar sus décadas de compromiso con la comunidad, en 1988 se creó en su honor una beca deportiva para jóvenes hispanos y en el 2000 se construyó un centro comunitario.
García dijo que, incluso cuando Aguirre era un entrenador de niños a sus 50 años, su destreza atlética seguía siendo algo para maravillarse.
Dijo, "mientras nos enseñaba, hacía cosas que nos dejaban boquiabiertos: un tiro por aquí, un lanzamiento de pelota por allá, y jugadas de fútbol".
García ya no juega sobre el piso de madera del gimnasio, pero está orgulloso de haber seguido los pasos de su mentor.
Afirma que "es un verdadero héroe”. Cuando echas un vistazo hacia atrás, te das cuenta de cómo cuidaba de sus hijos: era un hombre de palabra. Si decía que lo iba a hacer, lo hacía. Si decía que iba a asistir a algún evento, ahí se presentaba".
Además de ser entrenador, García ha organizado el torneo Aguirre desde el 2022. El trabajo voluntario es una forma de mantenerse cerca del barrio de Westside, donde creció. El barrio está experimentando ahora un cambio muy rápido.
"La gentrificación es dura", dice. "Pero muchos de nosotros tenemos que, ya sabes, enfocarnos y tratar de salvar nuestra comunidad, luchar por nuestra cultura".
Una oportunidad hacia algo
El nombre de García es muy reconocido en los círculos de baloncesto de Kansas City, y a través de este deporte ha ayudado a muchos jugadores a mejorar su futuro. Pero según él, no se trata sólo de victorias y derrotas.
García dijo, "puedes ir a la universidad, porque sé que ser parte de la NBA es un sueño lejano para mucha gente. Pero si esto puede ser una oportunidad hacia algo, que así sea".
También dijo, "más allá de ser jugador, puedes conseguir trabajos que se relacionan con el baloncesto, como locutor de transmisiones deportivas, entrenador, y medicina deportiva".
El veterano del KC Valiente Mike Hutchingson Mejia, es la encarnación de eso. Un encuentro casual puso al ex jugador de la Universidad Estatal de Pittsburgh en la mirada de García.
"De hecho, me encontré con él en un restaurante de barbacoa, cuando todavía estaba en la escuela secundaria", dijo Mejía, que ahora entrena a niños y niñas de baloncesto en la Escuela Secundaria del barrio de Argentine y entrena a atletas universitarios.
Mejia dijo, "estaba con mi madre y el me dijo que en cuanto terminara la universidad, me iba a poner en su equipo, y eso es lo que hizo".
Mejía, que mide 1.90 metros de altura, se unió al equipo de García en el 2008. Esa oportunidad le ayudó a prolongar su carrera de baloncesto que Mejía creía que acabaría después de la universidad. Sus actuaciones en los torneos de hombres latinos de Chicago, Dallas y Houston acabaron llamando la atención de los buscadores de jugadores profesionales.
"Jugué para los Toros de Nuevo Laredo, en México. Luego jugué para los Correcaminos en el estado de Tamaulipas. Y después jugué en Chihuahua para Meoqui", dijo Mejía, de 37 años. "Terminé conectando con tíos, primos y tías allá en Chihuahua que no sabía que tenía y que conocían a mi mama y su historia".
'No dejaban jugar a los latinos'
Steve Guardiola, de Omaha, Nebraska, ha participado en el circuito masculino latino desde que tenía 15 años. Dice que, las ligas empezaron a jugar en Nebraska porque el racismo les impedía competir en otros lugares.
Guardiola explicó que "aquí en Omaha, en 1954, lo inició un hombre llamado Lino Oropeza. Porque, por aquel entonces en la preparatoria, no permitían a los latinos jugar al baloncesto".
Guardiola, de 55 años, fue jugador del Omaha Orgullo. Su equipo aún espera ganar el torneo de Kansas City por primera vez, pero Guardiola admitió que KC Valiente tiene una ventaja difícil de superar.
Cuando era más joven, yo era uno de los mexicanos más altos -con 1.90 metros de altura- que competía en estos torneos. Y entonces Leno (Mike García) empezó a hacer trampas, trayendo a los hermanos Mejía", dijo Guardiola entre risas.
A pesar de los juegos, Guardiola dijo que estos torneos de baloncesto son una vía para conectar a las comunidades hispanas de toda la región.
Afirmó que "estos torneos son lo que uno hace de ellos. Y la camaradería entre la mayoría de los equipos es como una hermandad".
Tony Aguirre murió en el 2006, pero Guardiola dice que tiene la suerte de haberle conocido en sus frecuentes viajes al barrio de Westside de Kansas City. Dijo que lo que los Centros Guadalupe están haciendo en nombre de Aguirre es ayudar a mantener alejados a los niños latinos de las malas tentaciones de la vida en la calle.
Dijo, "tienen un programa increíble. Son capaces de hacer mucho más de lo que hacemos aquí".
Para García, es un honor continuar el legado de Aguirre mediante el juego de baloncesto para guiar a la próxima generación de jóvenes latinos.
Dijo, ”este torneo empezó en tiempos de segregación. No sólo había segregación, sino también una barrera lingüística. Y a lo largo de los años, estamos continuando esta tradición del baloncesto latino".