Edgar Palacios tiene un mensaje claro para los políticos: si quieren llegar a los jóvenes votantes latinos en la elección de 2020, tienen que entender que no solo les importa la inmigración. Quieren escuchar qué piensan sobre el cambio climático, las deudas incurridas por ir a la universidad y sobre el mercado laboral. Y tampoco son todos demócratas.
“Venimos de 31, 32 países diferentes, somos liberales y conservadores, religiosos e irreligiosos,” dice Palacios (34 años), de Kansas City, Missouri, “…o sea que un único mensaje no va a prevalecer en la mayoría de nuestra comunidad”.
Si alguien lo sabe, es él. Trabaja con mucha gente joven en la Latinx Education Collaborative, su organización sin fines de lucro dedicada a ubicar docentes latinxs en escuelas K-12. Está entusiasmado por la pasión de los votantes latinos primerizos del área, quienes están uniéndose a grupos de defensa, están propagando información bilingüe sobre el proceso de votación y están ayudando con campañas para registrar votantes en bibliotecas y ayuntamientos.
“Mucho de lo que escucho de los jóvenes es que esta es una elección crítica, una que tendrá consecuencias generacionales, por lo que se ve mucha actividad, mucha energía sobre esta votación” dijo Palacios. “Creo que tendremos un número de votantes mayor a lo esperado de nuestra comunidad”.
Se prevé que los latinos sean el grupo minoritario más grande que vote en la elección del 3 de noviembre, amasando un récord de 32 millones de personas. Dentro de ese grupo, los votantes jóvenes tienen el mayor poder potencial; cada 30 segundos, un latinx cumple 18 años, de acuerdo con un análisis de datos del censo realizado por PRI’s The World.
Solo alrededor del 11% de las personas con derecho a votar en los distritos congresales en la zona metropolitana de Kansas City se identifican como latinas— un número ínfimo comparado con los núcleos de Texas, Florida y California. Los candidatos y las campañas se visibilizan donde más provecho sacan, y eso no es en los estados predeciblemente rojos como Kansas y Missouri.
“A los votantes nuevos, infrecuentes o menos propensos a votar no se les habla tanto”, dijo Jared Nordlund, director de operaciones de UnidosUS, un grupo de defensa imparcial para poblaciones de latinxs. “Una campaña de cualquier tamaño tiene un presupuesto limitado y van a gastar ese dinero donde tienen más posibilidades de persuadir”.
Los menores de 40 años representan un grupo demográfico que sigue resuelto, debido a que han visto sus comunidades desproporcionadamente afectadas por la pandemia y por los candidatos presidenciales y congresales que proponen diferentes enfoques a la economía y a la inmigración. Ellos están tratando de movilizar el voto con historias de Instagram, hilos en Twitter y videos en TikTok.
El voto DACA
Wendy Aguayo (22 años) vino a los Estados Unidos desde México con sus padres cuando tenía ocho años. Ellos tenían visas de trabajo, pero se quedaron ilegalmente cuando las visas se vencieron.
A Aguayo le otorgaron el estatus DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), terminó la preparatoria y asistió a la universidad en Omaha, donde estudió educación especial. Ella tiene un permiso de trabajo ahora y trabaja en los Centros Guadalupe de Kansas City, Missouri, como asistente de maestros y como traductora.
Ella y su familia no volverán a México. Conforme a las leyes actuales, tal vez a ellos no se les permita volver a entrar a los Estados Unidos. Aunque los beneficiarios actuales de DACA pueden renovar su estatus, una medida que se logró luego de que la Corte Suprema bloqueara el esfuerzo del presidente Donald Trump de cancelar el programa DACA este verano, no se aceptan nuevas solicitudes para DACA.
Aguayo, pequeña y suave al hablar, dijo que la mayoría de sus amigos todavía son beneficiarios de DACA. No pueden votar, pero están más que determinados a alentar a otros a que lo hagan.
“Ser beneficiarios de DACA los hace sentir un poquito menos, como que tienen menos voz”, dijo ella. “Pero creo que se están haciendo escuchar mucho más que la gente que es ciudadana”.
Sin embargo, hay un problema: Aguayo dijo que los organizadores tienen que llegar a los votantes jóvenes donde estos están, o sea, en las redes sociales. Sus pares ya no consultan fuentes de información tradicionales; esas son “noticias viejas”. Ellos buscan información política y comparten contenido de Instagram, Twitter y TikTok. Incluso Facebook, nos dice, es para gente más grande.
“Entonces, si estás usando la misma plataforma, y mirando a alguien que es como tú, es más probable que compartas eso y que sigas ese camino”, nos dijo.
Los esfuerzos de divulgación de Aguayo están funcionando: su novio ahora está registrado para votar y ella sigue alentando a todos sus amigos que son ciudadanos a que hagan lo mismo.
“Es importante”, dijo ella. “Si pueden hacerlo, deberían hacerlo. Si yo pudiera hacerlo, lo haría”.
Votantes primerizos
Palacios nació en Miami, tiene padres inmigrantes guatemaltecos y vino a Kansas City en 2004. Su organización sin fines de lucro se enfoca en cerciorarse que los alumnos latinos vean maestros que se parecen más a ellos en las aulas. Esto ayuda a combatir las ideas equivocadas sobre la comunidad latina que terminan en estereotipos, aun cuando de política se trata.
Palacios dijo que aunque hay esperanzas de que un alto número de jóvenes votantes latinos vote este año, hay barreras que siguen presentes.
Una es el “factor de invisibilidad.” Registrarse para votar, obtener boletas para votar por correo o como voto ausente o simplemente hacer preguntas puede poner en riesgo a padres y tíos. Durante los últimos ciclos electorales, los medios han atribuido la baja participación latina de a una variedad de tácticas de represión de votos, como los estrictos requisitos de identificación para votar y limitar el número de centros de votación.
Después de 2018, los observadores de elecciones pronosticaron otro récord de participación latina en 2020, pero la vasta mayoría de esos posibles votantes viven en unos pocos estados disputados.
Alexandra Johnson, la presidenta del Colegio de Abogados Hispanos de Missouri (Missouri Hispanic Bar), dijo que hay mucha confusión entre los votantes latinos sobre el proceso para votar, lo que ella considera que es a propósito, una vez más, para reprimir el voto.
“Mi objetivo es que la comunidad hispana demuestre su fuerza. Tenemos un enorme poder”, dijo Johnson. “Puede haber algunas regiones que no tengan muchos votantes latinxs, pero la mayoría tienen suficiente población latina como para hacer una diferencia importante”.
Palacios sabe que existen temores que hacen que la participación parezca que no vale la pena. Por eso él considera que su responsabilidad es recordarles a los votantes primerizos cuán importantes son sus voces.
“Recuerdo tener 18 años y votar en mi primera elección en 2004 y no entender las consecuencias de mi voto”, dijo él. “Por eso pienso que es importante que esta generación, en particular los votantes primerizos y los votantes jóvenes, entiendan que sus votos tienen consecuencias para toda la vida. Punto”.
Los conservadores pertenecen, también
No todos en la comunidad latina de la zona metropolitana están ansiosos por hablar sobre cómo van a participar en la elección de este año por una razón diferente.
Es difícil obtener datos locales sobre los partidos aquí, pero a nivel nacional, las encuestas muestran que alrededor de un tercio de los votantes latinos son republicanos. El 30% dice que aprueba el desempeño de Trump y un 23% dice que lo “aprueba ampliamente”.
Rene Martinez, de 36 años, dijo que Trump está muy cerca de sus posturas libertarias: límites gubernamentales, derechos de los estados y libertad religiosa.
Martinez, que es administrador del centro de operaciones de una compañía en la zona metropolitana de Kansas City y que es el presentador de un pódcast de lucha, reconoce que no le gusta el estilo no elegante de Trump para expresarse en los medios y en persona.
Sin embargo, Martinez tiene una actitud radicalmente diferente a la de la mayoría de la comunidad cuando se trata de políticas de inmigración.
“Mis padres inmigraron aquí ilegalmente, y he escuchado a la gente decir (que yo) hablo de ambos lados del argumento. Bueno, claro, ¡porque he estado a ambos lados del argumento!” dijo Martinez. “Pero realmente creo que la administración no tiene problemas con los inmigrantes legales. Creo que han sido, como debe ser, muy, muy duros con la inmigración ilegal”.
Martinez sabe que él es parte de una minoría en la comunidad latina, pero también sabe que no es el único.
“Cuando voy a la panadería, la gente sabe que soy bilingüe y se ponen a hablar conmigo. Me guiñan el ojo y cosas así”, dijo él, sonriendo arteramente mientras mueve el dedo hacia atrás y hacia adelante como diciendo “tú y yo nos entendemos”.
Con una altura de 6 pies y 1 pulgada y casi 300 libras, Martinez dice que no se preocupa por las amenazas violentas de nadie, pero que teme que sus hijos sean acosados. Su hijo llegó a casa un día diciendo que había escuchado que sus compañeros susurraban que su papá apoyaba a Trump.
“En muchos casos estamos clasificados como lamebotas, vendidos, sabes, y eso es muy duro”, dijo Martínez. “Cuando el presidente habla de la ‘mayoría silenciosa’, yo creo que se refiere a gente como yo, que no quiere ser excluida en sus propias comunidades. Preferimos callarnos. No queremos que nos cancelen”.
Le pregunto cuántos más en la comunidad latina de Kansas City comparten sus posturas. “Muchos, muchos, muchos, muchos, muchos”, dijo él.
Traducido por Marcela Renna en colaboración con America Amplified. Si tiene alguna pregunta o inquietud sobre la traducción, favor de comunicarse por correo electrónico con Jennifer@americaamplified.org.